Sociohistórica, nº 35, 1er. Semestre de 2015. ISSN 1852-1606
Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación.
Centro de Investigaciones Socio Históricas

RESEÑA / REVIEW

 

Mafalda vive

Reseña de: Isabela Cosse, Mafalda: Historia social y política, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2014, 313 páginas.

 

Daniel Lvovich

CONICET. Universidad Nacional de General Sarmiento
Argentina

 

Cita sugerida: Lvovich, D. (2015). Mafalda vive [Reseña del libro Mafalda: Historia social y política de Cosse, I.]. Sociohistorica, (35). Recuperado de: http://www.sociohistorica.fahce.unlp.edu.ar/article/view/SH2015n35a07

 

Este nuevo libro de Isabella Cosse, que se suma a su relevante producci ón acerca de las transformaciones de las relaciones y subjetividades familiares en el siglo XX, es una excelente obra de historia política, social y cultural argentina, mirada desde la perspectiva que provee el personaje de Mafalda, su creador, su circulación, sus interpretaciones y reinterpretaciones, las polémicas que género, su consagración como mito nacional e internacional. La autora alcanza en su libro una marcada capacidad explicativa merced a una notoria reflexividad que le permite desplegar un marco teórico sofisticado y pertinente, que se articula - sin roces pese a su heterogeneidad - con un trabajo de archivo de un enorme alcance.

La creaci ón de Mafalda es explicada así por la conjunción de una serie de factores complejos y articulados: la vitalización del campo humorístico, la modernización social y cultural de la Argentina de los años sesenta, las transformaciones de las estrategias empresariales ( no olvidemos que la prehistoria de Mafalda se vincula a una propuesta del grupo SIAM), los procesos de diferenciación de la clase media, las redes profesionales y de amistad en que se insertaba Quino. El personaje de Mafalda, y los que los acompañan (sus padres, Susanita, Manolito, Felipe, Libertad, Guille) resultan incomprensibles por fuera de los profundos cambios político culturales que en los años sesenta pusieron en cuestión y redefinieron las estructuras familiares, las subjetividades juveniles, los roles de género, las expectativas de los individuos.

Para considerarlo, la autora analiza el fenómeno Mafalda a través de sus dimensiones políticas, sociales, culturales, semiológicas, brindando al lector una sucesión de capas de significación provenientes de estas distintas esferas y métodos de análisis, pero ensambladas de un modo coherente. Quizás la causa principal que provoca en el lector – o al menos en este lector – la satisfacción con este libro reside en esta multiplicidad de visiones articuladas, en las que la enorme complejidad analítica del libro se presenta en una escritura fluida, agradable y por momentos casi literaria. Estamos entonces frente a la mejor combinación posible.

El libro se estructura en seis capítulos. En el primero “marcas de origen: Clase media, modernización autoritarismo” se presenta el nacimiento de Mafalda, su llegada a la gran prensa y el encuentro con su público. La niña rebelde de clase media expresaba y proponía las sucesivas desestabilizaciones de lo público y lo privado, de las relaciones familiares, de las tramas generacionales y de género, de las relaciones sociales y de autoridad, apelando a los mecanismos del humor y la ironía, encontrando su primer público en una clase media en expansión, que desarrollaba su vida en una Argentina en crisis política casi permanente. Los distintos personajes resultan en parte arquetipos de las distintas facetas de la clase media, transformándose junto a las condiciones que les dieron nacimiento.

El segundo capitulo “Mafalda controversial: entre la radicalización y el terrorismo de Estado, 1968-1976” analiza la trayectoria de la tira, ya plenamente reconocida, en el contexto del ascenso de la lucha de masas y de las tendencias revolucionarias. La lucha armada se sirvió en ocasiones de los personajes de Quino, que a la par eran ahora cuestionados. A la luz del estilo propuesto por Dorfman en “Para leer el Pato Donald”, Mafalda dejaba de ser vista por parte de estos sectores como expresión de la rebeldía y el inconformismo para pasar a expresar a una pequeña burguesía que no asumía sus deberes revolucionarios. Esta es la época del palito de abollar ideologías, pero también de los intentos de apropiación de los personajes de Quino por parte de distintos grupos – incluyendo los de la SIDE. En 1973 Quino dejo de publicar su tira, dando fin a la etapa más sistemática de la creación de Mafalda.

El capitulo 3 “La escala trasnacional: circulación, apropiaciones y resignificaciones” analiza la recepción de Mafalda en España, Italia y México, explicando su difusión considerando las tramas editoriales internacionales y su muy grande impacto en los tres países por el papel antiautoritario de Mafalda, en los contextos de contestación estudiantil y social en Italia y México y de relativa liberalización del franquismo. Sin dudas el análisis que dedicó a Mafalda Umberto Eco contribuyó a su posicionamiento internacional, que se vio enormemente favorecido por el interés despertado en Europa por la cultura y la política latinoamericana en los años 60. Por supuesto, la llegada del exilio argentino a los diversos países receptores no hizo más que amplificar el público de Mafalda, publicada como tira en diarios o semanarios y, sobre todo, en sucesivos libros.

El cuarto capítulo: “Una contestataria durante el terrorismo de estado” considera la trayectoria de Mafalda durante la dictadura y la transición democrática, desde la macabra utilización de su figura en la Masacre de los Palotinos hasta la realización de una película que – sin Guille ni Libertad – limaba los aspectos más contestatarios de la tira, que sin embargo se pudo seguir publicando en esos años. Con la vuelta de la democracia, Quino y sus personajes hacen una apuesta clarísima de compromiso democrático. La democracia permite la revitalización de Mafalda, el inconformismo y las esperanzas de aquella primavera democrática sintonizaban con el espíritu de Mafalda de manera clara. También son estos los años en que las primeras muestras retrospectivas y homenajes se montan en Buenos Aires.

El quinto capítulo, “El mito de Mafalda” considera la consagración global de Mafalda, sus sucesivas ediciones en buena parte del mundo, los homenajes en sus aniversarios, las muestras retrospectivas y las estatuas, las nominaciones de espacios públicos, las reapropiaciones de las sucesivas generaciones, hasta las más recientes.

Mafalda está viva, y este libro se suma a las manifestaciones de una vitalidad notable. Su pagina oficial de Facebook tiene más de 5.500.000 “me gusta”. Sus libros se siguen publicando, y el personaje, tal como cuenta Isabella Cosse, está presente en las manifestaciones europeas de los últimos años.

Isabella Cosse llegó a este tema como una derivación de su estudio sobre las transformaciones de la familia en el proceso de modernización de la segunda mitad del siglo XX, y no pretendió hacer con este libro un homenaje, sino un aporte analítico. Sin embargo, estoy seguro que esta obra de un valor inestimable es el mejor homenaje que se le puede tributar a Mafalda cuando la niña rebelde alcanzó sus primeros cincuenta años.

 

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